Brebaje curativo II

aza_tin_


La pelirroja alargó el brazo hasta poder remover dentro de una pequeña caja de ébano. Si tenía suerte, quizás todavía quedase algo… TinHinan tenía la vista perdida y no reaccionó hasta tener justo delante de las narices el trozo de chocolate que Azafrán le tendía. Le sonrió al cogerlo y le dio un bocado.

- No estoy nada acostumbrada a estas… atenciones. He estado toda mi vida rodeada de tíos y lo más bonito que han hecho por mí cuando tenía la regla ha sido evitarme como si estuviese apestada – Azafrán también comía chocolate.

- ¿Por eso me tratas así?

Qué pregunta tan incómoda. Azafrán había sido especialmente dura con ella y en aquel instante se sentía fatal por ello.

- ¡No! Bueno… no sé. Supongo que te trato así porque soy desconfiada en general. Además, no estoy acostumbrada a… fiestas de pijamas de chicas y cosas así, ¿sabes?

Tin Hinan volvió a guardar silencio, como perdida en sus propios pensamientos. El ambiente en la habitación había cambiado radicalmente y Azafrán se sentía… extraña. El calor de las semillas del saco de térmico, de la infusión, de una palabra amable, de algo parecido a una amiga… resultaba reconfortante y extraño a la vez. Como si estuviese metida en la piel de otra persona, como si no fuese ella misma. Aquella tipa azul era rara y misteriosa, muy diferente a cualquier otra persona que hubiese conocido antes. Y eso despertaba sentimientos encontrados bajo su pecho.

- Cuando me recogisteis… ¿recuerdas lo que dijiste?

Azafrán se sorprendió con la pregunta.

- Pues… no, la verdad es que no. Que si querías venirte con nosotros, supongo.

- Me dijiste que no me ibas a entregar. Que me dabas tu palabra de que no ibas a hacerlo - TinHinan levantó la vista hasta mirarla a los ojos- . Y vi en tus ojos que lo decía de verdad, que creía en lo que estabas pronunciando, que respaldabas cada una de tus palabras con tus valores personales. Me diste tu palabra porque eres noble de corazón, porque  crees en el compromiso y en el honor. Y por eso yo acepté. Sabía que no me mentías.

Azafrán no sabía si sentirse incómoda o halagada, pero no pensaba tomárselo demasiado en serio.

- Seh. No me hubiese jugado mi palabra con una mentira de mierda como esa…

- Lo sé. Y respeto que quieras esconder esa parte de ti, así que… simplemente te pido disculpas por haberla descubierto.

Parecía haber un tono sinceramente conciliador en sus palabras, pero eso no evitaba que la pusiesen nerviosa. ¿Realmente estaba intentando ser su amiga? ¿Serviría de algo seguir resistiéndose? La miró largamente, evaluando. TinHinan parecía tan aguda, tan rápida… muy capaz de leer más allá de cualquier palabra y cualquier gesto. Seguramente ya tuviese una idea bastante clara de cómo había sido la vida de Azafrán. Qué tendría de malo añadirle a la historia los pequeños detalles…

- No, da igual. ¿Sabes por qué me jode? Porque tienes razón. Nací en MolrFort, en una familia acomodada, nunca me faltó de nada... ¡la pequeña de tres hermanos, imagínate! Una cría perfecta, muy querida y mimada. Pero luego crecí y mis sueños pasaron a ser, por así decirlo… bueno. No eran lo que esperaban mis padres.

- Suele pasar. – TinHinan escuchaba con atención.

- Siempre me quedaba anonada cuando montaba en el E-Motion con mi padre. Fantaseaba preguntándome cómo sería la sensación de estar a los mandos de aquél vehículo intercontinental de cuarta generación. Cómo sería ponerlo a máxima potencia y dejarlo correr. Dejarlo correr como un caballo desbocado, sin frenos, sin fronteras, sin límites, sin metas, cruzando el horizonte una y otra vez, sin mirar atrás. Eso por supuesto, nunca ocurrió… de hecho nunca toqué el E-Motion de mi padre. Pero sí el de mi hermano… se lo compraron al cumplir dieciocho y sacarse el carné de conducir. Yo sólo era una cría chiflada con once años recién cumplidos a la que le hacía TANTA ilusión… no le dejé a mi hermano ni siquiera terminar de explicarme cómo funcionaban los mandos. Había imitado tantas veces aquellos movimientos que sabía perfectamente lo que hacer. Y así es como ya me eché a perder para siempre… en poco tiempo corrió la voz de que conducía muy bien… ¡y sin licencia!
» Allí es tradición, cuando una chica cumple catorce años, regalarle un tipo de muñeca especial y pasar a considerarla adulta. Yo, como todas, me moría por tener mi muñeca, cara y delicada. Una muñeca de adulta. De hecho, tenía incluso un aerodeslizador a escala esperándola, lo había construido usando la de mi hermana como referencia de tamaño. Pero una semana antes de cumplir los catorce, mi padre me llamó a solas para hablar seriamente conmigo. Me dijo que ya tenía edad para empezar a decidir lo que sería de mi vida, y que después de mucho pensarlo, había decidido ser condescendiente conmigo y darme dos opciones. Podía coger mi muñeca y aceptar mi lugar en la sociedad, renunciando a comportarme como un “chicazo”, como él decía. O podía ingresar en la academia de vuelo de las Fuerzas Armadas, renunciando a mi nombre, a mi apellido y dándole la espalda a mi familia para siempre.
» Fue una decisión dura de comunicar a toda la familia; pero no difícil de tomar. Mi padre tenía contactos… conocía a gente influyente. Recibí una Identificación Personal con mi nuevo nombre y mi nuevo apellido, todo legal. Y en ese momento decidí que jamás volvería a cambiar de nombre, porque jamás volvería a tener uno. Yo soy yo misma y punto. Digan lo que digan los papeles, el ADN o mi rango militar. Por eso dejo que cada cual me llame como le dé la gana. Sé lo que he sido hasta el día de hoy, y qué quiero ser el día de mañana. Cómo me llamen… no cambia nada.

TinHinan esbozó una sonrisa y alargó una mano para estrechar la de Azafrán. No estaba sorprendida por el relato, pero sí por el hecho de que Azafrán se hubiese soltado a contarlo. Era tan directa, tan indómita e impulsiva. Recelosa como un animal salvaje… pero también generosa e intuitiva, capaz de entender que ella no quería hacerle daño.

- A mí Azafrán me parece que te está perfecto…

Y la piloto le devolvió la sonrisa.


Comentarios

  1. Madre mía <3 *se muere* es... Es...es increíble. Me encanta *_* me encanta descubrir un poquito más de tus personajes tras cada relato/FH y esto parece que funciona ( son taaaaan monas). Como siempre te animo a que sigas y me traigas más cositas nuevas para seguir fangirleando xD


    - Kidi

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El tren que va a Baden-Wurtemberg (Herbert - IOS Hiro)

Un amor verdadero... es un amor para siempre