El pasado militar de una piloto
TinHinan: Oh, claro que sé. Sé
más de lo que piensas. Llevo una semana encerrada con vosotros. He visto, he
oído. He aprendido.
Azafrán: ¿Sí, en serio? ¡No me
digas! ¿Y qué coño se supone que te crees que sabes?
TinHinan: La muchacha sin nombre
a la que su compañero llama Azafrán. Él no lo sabe, pero no pudo estar más
atinado al escoger tu nombre. ¿Lo hizo porque tienes el pelo de color naranja?
¿O porque eres una especia rara y amarga, difícil de conseguir, pero cargada de
beneficios inimaginables para aquellos que te buscan y tratan con paciencia? Te
he visto pilotar, Azafrán. He visto cómo… mueves esta cafetera vieja y austera.
¿Dónde pudiste aprender a volar con una maestría así? Sólo en el ejército. Obviamente,
no hay academias de vuelo civiles capaces de formar a una piloto como tú.
Azafrán: Oh, estupeeeeeeendo.
Serví al ejército, como gran novedad de la tarde.
TinHinan: Por eso vas tapada
cuando sales. No lo haces en privado ni con rigor, por lo que descarté que fuese
por motivos religiosos. Simplemente es obvio que te movías por un ambiente en
el que ser mujer no te suponía ninguna ventaja.
Rischa: Todos sabemos que estuvo
en las fuerzas aeroespaciales.
Azafrán: Chúpate esa, listilla.
Suenas como una novela barata de Conan Doyle.
TinHinan: Rischa, ¿quién fue
Conan Doyle?
Rischa: Pues, em… no sé. Un tío
que escribía novelas, ¿no? Eso acaba de decir.
TinHinan: Venís de escalones
sociales muy distintos. Rischa ni siquiera sabe quién es, sería incapaz de una
referencia literaria como la tuya. La boca te delata y te pierde, Azafrán. Deja
ver que eres de buena cuna y que fuiste bien enseñada. ¿Por qué vagar por el
mundo cuando una puede tener una vida cómoda y relajada en un planeta
tranquilo? Estoy segura de que es el precio que pagas gustosa por poder volar
libre.
Azafrán: No voy a oír una palabra
más. Acabaré por entregarte a la justicia si no te callas.
Azafrán abandona airada el
camarote y la habitación se queda en profundo silencio. Rischa deja pasar unos
instantes prudenciales antes de volver a abrir la boca.
Rischa: ¿Y en serio puedes saber
todas esas cosas… sólo con mirar a la gente? ¿Tienes algo así como poderes o…?
TinHinan: Qué va… si los tuviese
hubiese sabido cuánto le iba a doler lo de “cafetera voladora” y me hubiese
ahorrado el odio eterno de Azafrán. Pero bueno, lo hecho, hecho está. Espero
que algún día me lo perdone.
Rischa: No parece que vayas por
buen camino provocándola de ese modo.
TinHinan: Sí, tienes razón. Pero
siempre está a malas y chillándome y mirándome con odio. Me guarda recelo, como
si fuese a apuñalaros por la noche mientras dormís. Sin más. Es tan absurdo.
Cuanta tensión en el ambiente. No se yo como acabarán las cosas pero parece que no muy bien.
ResponderEliminarToda esa tensión se podía cortar con un cuchillo :( y como dice Nicte, parece que las cosas no van a terminar muy bien, ¡ufff, qué peligro!
ResponderEliminar